sábado, 31 de mayo de 2008
Poema 12
Recorriéndote
Bajar luego a tus piernas firmes como tus convicciones guerrilleras, esas piernas donde tu estatura se asienta con las que vienes a mí con las que me sostienes, las que enredas en la noche entre las mías blandas y femeninas.
Besar tus pies, amor, que tanto tienen aun que recorrer sin mí y volver a escalarte hasta apretar tu boca con la mía, hasta llenarme toda de tu saliva y tu aliento hasta que entres en mí con la fuerza de la marea y me invadas con tu ir y venir de mar furioso y quedemos los dos tendidos y sudados en la arena de las sábanas.
jueves, 29 de mayo de 2008
Seguramente así aman las diosas
Agua de luna, fresca, con puntos de plata. Sábana de encaje.
Sudario de luz. Lecho de nácar..
Dos mujeres. Dos. Cara a cara en este juego
irrepetible que es el amor. Fiebre de deseo, canción
de una voz. Saeta que se acerca, dulce rumor.
Dejo que la tarde te desnude, que consagre tu piel.
Tú, te ofreces como flor, como ola gigante.
¡Qué deseos de besarte!
Pero sólo te veo y te veo..... y no me atrevo a tocarte.
Tus aromas me envuelven. Te siento, amor, te siento.
Tienes fuego adentro. El tiempo no existe. Sólo esto.
Fusión de suspiros, tormenta de ecos. Qué embriaguez.
Qué júbilo. Un vuelo de tórtolas sobre tu cuerpo.
Nido de alondra tu nido. Tu gruta encarnada.
Ansias, tengo ansias de tu vientre, del coral entre tus muslos.
Te dibujo con los ojos con tu propio contorno. Te miro mil veces.
Vuelvo a mirarte y no me canso. Cuántas humedades nos recorren.
¡Ay sudor que nos brillas la carne!
El silencio, callado, nos escucha desearnos.
Desde tu orilla, llega tu aliento y me muerde, excitado.
La tarde se tiñe de savia, de pájaros-flores, de un olor a sándalo.
Tu sexo tierno me invita. Lo mismo tu pelo. Tus pezones me retan.
¡Cómo quisiera llenarme la boca con ellos!
Acércate, las velas de mi amor están dispuestas anavegar hasta tu más profunda piel, para tocar tu esencia.
Ven, vamos a amarnos y amarnos y amarnos, y a no parar de amarnos.
Cómo brilla en las pupilas
encabritadas, las espaldas. Cuanta plenitud en una simple mirada.
Por fin, rompes el espacio con tu mano, rozas mis labios con tus dedos.
Deshaces el hechizo de la bella durmiente.
El deseo se desboca en un columpio infinito.
Nuestras caricias desgranan la noche.
La penumbra es un chal que nos cubre los hombros.
Afuera, el viento vuela la historia.
Bajo las sábanas, amor que pertenece al Cosmos,
dos mujeres se aman con un lenguaje secreto, alejadas del mundo.
A pesar de todo.
Rosamaria Roffiel
miércoles, 28 de mayo de 2008
Ritual Secreto
martes, 27 de mayo de 2008
Después de todo
Después de todo -pero después de todo- sólo se trata de acostarse juntos, se trata de la carne, de los cuerpos desnudos, lámpara de la muerte en el mundo.
Gloria degollada, sobreviviente del tiempo sordomudo, mezquina paga de los que mueren juntos.
A la miseria del placer, eternidad, condenaste la búsqueda, al injusto fracaso encadenaste sed, clavaste el corazón a un muro.
Se trata de mi cuerpo al que bendigo, contra el que lucho, el que ha de darme todo en un silencio robusto y el que se muere y mata a menudo.
Soledad, márcame con tu pie desnudo, aprieta mi corazón como las uvas y lléname la boca con su licor maduro.
Jaime Sabines
Aquella tarde
Reto
lunes, 26 de mayo de 2008
Gioconda
Mi vulva es una flor, es una concha, un higo, un terciopelo está llena de aromas, sabores y rincones, es color de rosa, suave, íntima, carnosa.
A mis 12 años le broto pelusa, una nube de algodón entre mis muslos, siente, vibra, sangra, se enoja, se moja, palpita, me habla, guarda celosa entre sus pliegues el centro exacto de mi cosmos, luna diminuta que se inflama, ola que conduce a otro universo.
Cada 25 días se torna roja, estalla, grita, entonces, la aprieto con mis manos le digo palabras de amor en voz muy baja, es mi segunda boca, mis 4 labios.
Es traviesa, retoza, chorrea, me empapa, le gustan las lenguas que se creen mariposas los penes solidarios, la pulpa de ciruela femenina, o simplemente las caricias venidas de mi misma.
Es pantera, gacela, conejo, se ofrece coqueta si la miman, se cierra violenta si la ofenden.
Es mi cómplice, es mi amiga, una eterna sonrisa de mujer complacida.
El sexo de los ángeles
Mario Benedetti